El placer de las pequeñas cosas. Ese gran regalo

Quería escribir algo sobre las pequeñas cosas, de la vida. Esas que pasan desapercibidas. Esas que a mis ojos de adulta son casi inexistentes. Esas que a mi me cuesta ver y las peques ven a cada paso.

¡Que sabiduría la suya! Que frescura. Que conexión con lo presente, con su ser.

¡Me flipa!

Y la verdad me siento suertuda, suertuda de ser madre, de estar aquí acompañando esos momentos, agradecida por todo lo que me muestran y lo que me hacen recordar. Recuerdo que una vez fui niña y me fasciné por cosas pequeñas.

Esas cosas pequeñas llenan más que las grandes. ¿Cómo puede ser que nos cueste tanto apreciarlas?

Imagino que te preguntarás a qué me refiero… o quizás lo sepas perfectamente.

Fascinarse con las motas de polvo que muestra un rayo de sol al entrar por la ventana. Meter las manos en la tierra. Mojarse con el agua tibia mientras friego los platos. Tocar el musgo mojado y descubrir un nuevo mundo en la roca que sube a la montaña. Descubrir una hormiga que camina hacia su hormiguero, fascinarse al ver mi cuerpo desnudo, bailar con cada melodía que suena, dejar que la música pase por el cuerpo.

Atención plena mientras juega o saborea una manzana. Mirar el fuego. caminar descalzo. Acurrucarse en mi pecho y escuchar el ritmo de mi corazón. Calma. Escuchar una historia, un cuento, una canción. Solo eso. Escuchar.

Atención plena. Algo que parece estar de moda ahora.. algo que sabíamos hacer a la perfección y que desaprendimos para aprender otras cosas, más grandes, menos importantes, menos necesarias….

Y agradecida me hallo, por poder aprender de estos grandes maestros que me recuerdan la potencia de las pequeñas cosas que suceden a nuestro alrededor, que me llevan a recordar y habitarme, a mirar a esa niña que fui y que a veces olvido y nutrirla con lo que verdaderamente puede alimentarla. La presencia y la escucha.

Gracias de corazón Mauro y Uma por traerme aquí, a la Tierra cuando me voy fuera, y devolverme esta visión, esta escucha de los grandes regalos que existen en las pequeñas cosas…

 

 

 

 

 

 

 

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